ESTATUS SOCIAL

El éxito de una pseudociencia se puede medir a través de su estatus social. Este estatus consta de dos vertientes:
por un lado, el grado de inserción social y por el otro, el grado de profesionalización.

Por grado de inserción social entendemos el límite máximo de presencia que puede lograr una determinada pseudociencia sin ser objeto de rechazo social. Las reacciones de presión/ánimo, descrédito/tolerancia o ridículo/aceptación social a la que se enfrentan los practicantes, los pacientes o los creyentes funciona como indicador de la inserción social que ha logrado una determinada pseudociencia. Por grado de profesionalización entendemos el uso de las herramientas del sistema en el propio beneficio.

Estatus bajo o pseudociencia marginal

En esta categoría encontramos aquellas pseudociencias que son minoritarias y desconocidas por el gran público. No han conseguido filtrarse en el cuerpo social ni dominan las herramientas para hacerlo, por lo que su nivel de profesionalización es bajo. Se trata de pseudociencias con un alto nivel de descrédito y/o que causan un gran ridículo social, con un consecuente bajo grado de inserción social.

Estatus medio o pseudociencia amateur

En esta categoría encontramos la mayoría de las pseudociencias. Son aquellas que no han conseguido desprenderse totalmente de su envoltorio de camelo debido a que, o bien no dominan las herramientas del sistema, o bien a que no disfrutan de una reputación totalmente favorable entre el público, o a ambas cosas.

Estatus alto o pseudociencia profesional

Esta categoría agrupa aquellas pseudociencias con un número alarmante de seguidores y conocidas por el gran público. Se han introducido con éxito en los tejidos sociales, y se han adaptado de manera adecuada a las dinámicas de producción, distribución, venta, publicidad y marketing del sistema. Han aprendido a usar los medios de comunicación y otros recursos a su alcance en su propio beneficio. Su alto grado de profesionalización elimina de manera automática la desconfianza y disminuye su detección por parte del público, lo que refuerza su nivel de inserción social. 

Estas pseudociencias son las más nocivas para el sistema debido a que han sabido usurpar con éxito el estatus científico, lo que hace que también sean las más difíciles de erradicar debido a su alto grado de inserción social.

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